En todo niño sano y sin antecedentes visuales importantes, tanto de la familia como del niño, se debe hacer un control oftalmológico a los 4 años. Antes de esa edad, si el niño no presenta ninguna alteración que llame la atención del pediatra o de los padres, no es necesario ya que para el control visual es importante un grado de cooperación del niño lo que requiere de cierta madurez, como capacidad de seguir instrucciones y describir lo que se observa.

  • Es importante en primer lugar evaluar la agudeza visual del niño. Para esto le pedimos que si aún no se sabe las letras, nos indique con una letra E mayúscula hacia donde están apuntando sus patitas al irla girando y haciéndola más pequeña cada vez. Es importante que el niño entienda este ejercicio, muchas veces no es así y debemos repetir la consulta una vez que los papás en casa le enseñen a que indique con su mano hacia donde apunta la E (arriba, abajo, derecha o izquierda). Como consejo les puedo recomendar enseñarles este juego desde ya para que el día en que asista a su control oftalmológico, el niño pueda tener mayor cooperación y su oculista mayor información.
  • También se evalúan las pupilas iluminándolas con una linterna.
  • Movimiento y alineación de los ojos para descartar estrabismo y medir la convergencia, esto es, la capacidad de ponerse turnios lo que es muy importante para poder leer.
  • Biomicroscopía y fondo de ojo: sentando al niño, idealmente hincado, se le pide que se acerque al microscopio el cual no produce ningún dolor y el oculista solo mirará los ojos de los niños para descartar cosas como: cataratas, enfermedades de las pestañas, vía lagrimal, de la córnea, de la retina y del nervio óptico.
  • Cicloplegia: consiste en evaluar al niño habiendo aplicado unas gotas previamente las que producen dilatación de la pupila. No en todos los niños es necesario este paso, se recomienda en aquellos que no lograron ver bien las letras o que cuentan con antecedentes de enfermedades visuales personales o familiares. Una vez aplicadas las gotas es necesario esperar entre 30 a 45 minutos para que hagan su efecto y el oculista pueda evaluar nuevamente al niño. Estas gotas pueden producir sueño y visión borrosa por un par de horas.

En niños no es tan fácil recetar lentes como en los adultos, en donde el mínimo defecto refractivo puede ser conveniente de corregir. En cambio, en los niños es necesario poner en una balanza: cuanto es el beneficio que le entrega usar lentes versus la incomodidad que estos significan, especialmente en los más pequeños. Me refiero a casos en donde el defecto refractivo (dioptrías de miopía, astigmatismo o hipermetropía) es tan pequeño que no se justifica corregirlo con lentes a edades tan tempranas. Hay casos en los cuales el niño sí o sí debe usar lentes, como son: altos defectos refractivos, muy mala agudeza visual sin lentes, estrabismos o ambliopía.

Esta es una de las causas más frecuentes que llevan a los padres a consultar al oftalmólogo, muchas veces derivado desde el propio colegio. Si durante el examen oftalmológico se evidencia una buena agudeza visual (0,8 o más) es muy probable que el no poder ver desde las últimas filas de la sala de clase se deba a que el tamaño de la letra, resolución o contraste de la proyección no sea el óptimo para esa distancia. Generalmente las clases están hechas para personas que están en las primeras filas, y pese a que los niños vean bien, no son capaces de ver desde atrás simplemente porque sus ojos no dan para eso, aun si le indicamos lentes. Frente a este problema, y habiendo descartado cualquier problema visual,  le recomiendo a los padres que hablen con sus profesores para que éstos puedan revisar el tamaño de sus presentaciones ya que no sacamos nada con ir moviendo a todos los alumnos a las primeras filas si nunca van a ver bien los de atrás.

El uso prolongado de aparatos tecnológicos puede producir irritación y sequedad ocular por el hecho de mantener la atención por mucho rato y disminuir la frecuencia de pestañeo, lo que produce evaporación de la lágrima y ojo seco y rojo. Por este motivo, junto a los que su pediatra y neurólogo le podrán comentar con relación al desarrollo del intelecto y creatividad, es recomendable dosificar el uso de estos aparatos.

En casos de ambliopía (falta de desarrollo de un ojo) se puede indicar parchar el ojo bueno y estimular visualmente el ojo poco desarrollado utilizando tablets un par de horas al día. Esto se ha visto que ayuda a estimular el desarrollo visual del ojo afectado por ambliopía.

El prurito o picazón ocular es un síntoma muy sugerente de alergia ocular, la cual además se manifiesta con ojo rojo y lagrimeo. La alergia ocular se debe tratar con gotas específicas antialérgicas y antiinflamatorias. Por ningún motivo es aconsejable permitir que los niños se rasquen los ojos. Esto puede producir varios problemas como:

  • Infecciones al llevarse gérmenes y suciedad desde las manos al ojo.
  • Erosiones superficiales de los párpados y del ojo.

Los defectos refractivos como la miopía, astigmatismo o hipermetropía no dependen del uso o no de los lentes. Estos deben ser usados de manera permanente en los niños para que ellos desarrollen buena visión y no se les produzca ambliopía. Los vicios de refracción son patologías con un componente genético por lo que los ojos están “programados” para desarrollar cierto grado de estas enfermedades independiente del uso de lentes. La evolución de esta enfermedad es variable en el tiempo, por lo que cuando se manifiestan en la infancia, hay que controlar al niño anualmente y observar la evolución ya que en un corto periodo de tiempo puede haber progreso o en algunos años pueden estancarse. En promedio a los 21 años se espera que las patologías refractivas no progresen más, independiente del uso o no de los anteojos.

Es una pregunta que le recomiendo realizar al final del control oftalmológico ya que es variable según el diagnóstico del niño. A manera de referencia mis pautas son las siguientes:

  • Niños en los cuales se les indica lentes por primera vez: control en 6 meses y luego anual. Antes del año si es que los niños sienten que los lentes ya no le sirven o se le rompen.
  • Niños con alergias y blefaritis: control en 15 días y luego mensual hasta ver mejoría.
  • Enfermedades congénitas no progresivas: control anual.
  • Niños sanos: control entre 2 a 3 años, antes si los padres notan algún problema.

Sobre el uso de lentes de contacto, esa es una pregunta que los padres del paciente, mejor que nadie, pueden responder. Esto es por que el uso esta permitido siempre y cuando los padres noten que el niño es responsable para ello. Los lentes de contacto requieren, tanto en niños como adultos, un manejo muy meticuloso: ponérselos en la mañana y SIEMPRE sacarlos en la noche. Además utilizar todas las medidas higiénicas como soluciones especiales de limpieza, estuches limpios, manos limpias para manipularlos y cierta habilidad manual para ponerlos y sacarlos.

La cirugía refractiva NO ES recomendable en niños menores de 18 años, principalmente ya que aún no está el defecto refractivo detenido y además el procedimiento puede ser más riesgoso por menor cooperación y mayor riesgo de complicaciones.

Lo primero es descartar enfermedades graves como un glaucoma congénito el cual se manifiesta por otras alteraciones como un crecimiento anormal del ojo, molestias con la luz, ojo blanquecino, etc. Si ya se descartó algo grave, lo más probable es que el niño o niña tenga entonces una obstrucción congénita de la vía lagrimal. Esto es algo muy frecuente de ver y se produce en la mayoría de los casos en la parte de salida del conducto lagrimal hacia la nariz.

El circuito normal de la lagrima es el siguiente: la lágrima se produce en la glándula lagrimal que esta en la parte superior de la órbita, luego bañar al ojo y finalmente se elimina hacia la nariz por las vías lagrimales. Cuando hay una obstrucción en la salida de la lagrima, esta se sigue produciendo por lo que se elimina como un lagrimeo casi constante por el ojo, produciendo que la misma lagrima también se seque y quede espesa como si fuera pus. Sin embargo rara vez hay infección por lo que las gotas o cremas antibióticas deben aplicarse solamente cuando haya seguridad de que hay infección asociada, por ejemplo cuando el ojo esta rojo. Lo mejor ante la duda es consultar con un oftalmólogo.

Los masajes son importantes ya que ayudan a vaciar el saco lagrimal que es el lugar en donde se aloja la mayor cantidad de lagrima y esto previene la infección. El saco lagrimal se ubica justo entre el ojo y la nariz y debe comprimirse fuertemente hacia arriba y abajo. Recomiendo hacer esto , previo lavado de manos, varias veces al día (útil puede ser recordar junto con cada vez que se da leche). También sugiero limpiar las pestañas de la lagrima espesa que se deposita en ellas con una gasa estéril y suero fisiológico.

Una complicación grave de este cuadro es la dacriocistitis y que consiste en la infección del contenido del saco lagrimal. Se presenta como un aumento de volumen con forma de pelotita y enrojecimiento en la nariz en la zona del saco lagrimal. Requiere muchas veces de hospitalización, antibióticos intravenosos y drenaje quirúrgico.

El pronóstico de las obstrucciones congénitas de la vía lagrimal es excelente, en casi el 90% de los niños se resuelve sola antes del año de edad. Muy pocos requieren de tratamiento quirúrgico con sondaje, el cual se realiza preferentemente en mayores de 1 año si no hay curación espontánea.

No, nunca un estrabismo es normal. Trate de fijarse que ojo se desvía y hacia adonde: adentro (hacia la nariz), afuera, arriba o abajo.

Algo que ayuda mucho es tomar fotos y observar la alineación de los ojos pero con respecto al reflejo que deja la luz sobre los ojos y observar que este reflejo caiga en la misma parte de ambos ojos. Muestre estas fotos al oftalmólogo.

Una causa común de pseudoestrabismo, osea no un estrabismo real, es pensar que un ojo se desvía hacia la nariz (adentro) producto de un epicanto, esto es, un pliegue de piel entre la nariz y el párpado, muy común en niños chilenos, y que da la impresión de que el ojo se escondiera debajo de el y estuviera desviado. Esto se revierte una vez que la cara del niño va madurando. Ante la duda siempre consulte con un oftalmólogo.

Tomar fotos con flash a los niños es una muy buena recomendación para hacer de vez en cuando. Pídale también a su pediatra que le realice un examen de rojo pupilar en cada control sano. Lo normal es observar que ambos rojos se le ven rojos, esto es producto del reflejo de la luz en la retina. Si observa que un ojo se ve rojo y el otro no, debe llevar a su hijo a control oftalmológico para descartar enfermedades en el ojo blanco tales como: estrabismo, miopía alta, enfermedades en la retina o lo más grave un tumor dentro del ojo como el retinoblastoma.

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